Cronenberg

O: lo sutil de la locura

Lo grotesco del ser humano. Traspasar la delgada línea que nos separa de la cordura y lo políticamente correcto. Nuestras ansiedades ocultas.

David Cronenberg nos lleva de la mano por un paseo al lado escondido de la mente, aquel al que nos gusta asomarnos de vez en cuando pero del que no queremos ser parte.

En sus inicios como cineasta, Cronenberg enfatizaba mediante efectos visuales la crudeza de nuestro interior. La carne y sangre que somos se descompone junto con nuestra mente. A la locura le siguen brotes de sangre, tumores, nervios que se incendian. La transformación de la mente lleva a una transformación física.

En Spider se experimenta una transición en la cinematografía de Cronenberg: se abre paso a la fotografía, a un ritmo más despacio para narrar mediante la expresión actoral la transformación del personaje, o más bien para revelar al espectador el verdadero interior de la mente del protagonista.

Sin dejar a un lado lo visual, el director limita sus recursos a figuras iconográficas, cuadros estáticos de la muerte y la locura. Una Historia de Violencia se muestra más dinámica, pero mantiene el ritmo lento y creciente al descubrimiento del lado oscuro de la conducta.

Si Cronenberg se sentara a la mesa con Lynch sería para tener un almuerzo desnudo, sin palabras, mediante telepatía, en un diner de Hollywood apuntanto a Mulholand dr. por el lado oscuro del camino, entretejiendo una telaraña de psicosis y esquizofrenias.

Provecho.

Para saber más:

wikipedia.org, earth's biggest movie database, senses of cinema